Mercantilismo
El mercantilismo, fomentaba el auto abastecimiento de las naciones,Los mercantilistas consideraban que la riqueza de una nación dependía de la cantidad de oro y plata que tuviese.Los mercantilistas daban por sentado que su país estaría siempre en guerra con otros, o preparándose para la próxima contienda.
Si tenían oro y plata, los dirigentes podrían pagar a mercenarios para combatir, como hizo el rey Jorge III de Inglaterra durante la guerra de la Independencia estadounidense.
Fisiocracia
Esta doctrina económica estuvo en boga en Francia durante la segunda mitad del siglo XVIII y surgió como una reacción ante las políticas restrictivas del mercantilismo.
El fundador de la escuela, François Quesnay, era médico de cabecera en la corte del rey Luis XV. Su libro más conocido, Tableau Économique (1758), intentaba establecer los flujos de ingresos en una economía, anticipándose a la contabilidad nacional, creada en el siglo XX. Según los fisiócratas, toda la riqueza era generada por la agricultura; gracias al comercio, esta riqueza pasaba de los agricultores al resto de la sociedad. Los fisiócratas eran partidarios del libre comercio y del laissez-faire (doctrina que defiende que los gobiernos no deben intervenir en la economía).
También sostenían que los ingresos del Estado tenían que provenir de un único impuesto que debía gravar a la actividad primaria, la única fuente de riqueza para ellos. Adam Smith conoció a los principales fisiócratas y escribió sobre sus doctrinas, casi siempre de forma positiva.
Escuela Clásica
Como cuerpo teórico coherente, la escuela clásica de pensamiento económico parte de los escritos de Smith, continúa con la obra de los economistas británicos Thomas Robert Malthus y David Ricardo, y culmina con la síntesis de John Stuart Mill, discípulo de Ricardo.
Aunque fueron frecuentes las divergencias entre los economistas desde la publicación de La Riqueza de las Naciones (1776) de Smith hasta la de Principios de Economía Política (1848) de Mill, los economistas pertenecientes a esta escuela coincidían en los conceptos principales. Todos defendían la propiedad privada, los mercados y creían, como decía Mill, que “sólo a través del principio de la competencia tiene la economía política una pretensión de ser ciencia”.
Compartían la desconfianza de Smith hacia los gobiernos, y su fe ciega en el poder del egoísmo y su famosa “mano invisible”, que hacía posible que el bienestar social se alcanzara mediante la búsqueda individual del interés personal.
Los clásicos tomaron de Ricardo el concepto de rendimientos decrecientes, que afirma que a medida que se aumenta la fuerza de trabajo y el capital que se utiliza para labrar la tierra, disminuyen los rendimientos o, como decía Ricardo, “superada cierta etapa, no muy avanzada, el progreso de la agricultura disminuye de una forma paulatina”.
Escuela Neoclásica
La economía clásica partía del principio de escasez, como lo muestra la ley de rendimientos decrecientes y la doctrina malthusiana sobre la población.
A partir de la década de 1870, los economistas neoclásicos como William Stanley Jevons en Gran Bretaña, Léon Walras en Suiza, y Karl Menger en Austria, imprimieron un giro a la economía, abandonaron las limitaciones de la oferta para centrarse en la interpretación de las preferencias de los consumidores en términos psicológicos.
Al fijarse en el estudio de la utilidad o satisfacción obtenida con la última unidad, o unidad marginal, consumida, los neoclásicos explicaban la formación de los precios, no en función de la cantidad de trabajo necesaria para producir los bienes, como en las teorías de Ricardo y de Marx, sino en función de la intensidad de la preferencia de los consumidores en obtener una unidad adicional de un determinado producto.
Economía Keynesiana
John Maynard Keynes fue alumno de Alfred Marshall y defensor de la economía neoclásica hasta la década de 1930. La Gran Depresión sorprendió a economistas y políticos por igual.
Los economistas siguieron defendiendo, a pesar de la experiencia contraria, que el tiempo y la naturaleza restaurarían el crecimiento económico si los gobiernos se abstenían de intervenir en el proceso económico. Por desgracia, los antiguos remedios no funcionaron.
En Estados Unidos, la victoria en las elecciones presidenciales de Franklin D. Roosevelt (1932) sobre Herbert Hoover marcó el final político de las doctrinas del laissez-faire.
Se necesitaban nuevas políticas y nuevas explicaciones, que fue lo que en ese momento proporcionó Keynes
Economía Analítica
Tanto la teoría neoclásica de los precios como la teoría keynesiana de los ingresos han sido desarrolladas de forma analítica por matemáticos, utilizando técnicas de cálculo, álgebra lineal y otras sofisticadas técnicas de análisis cuantitativo.
En la especialidad denominada econometría se une la ciencia económica con la matemática y la estadística. Los económetras crean modelos que vinculan cientos, a veces miles de ecuaciones, para intentar explicar el comportamiento agregado de una economía.
Los modelos econométricos son utilizados por empresas y gobiernos como herramientas de predicción, aunque su grado de precisión no es ni mayor ni menor que cualquier otra técnica de previsión del futuro.
El análisis operativo y el análisis input-output son dos especialidades en las que cooperan los expertos en análisis económico y los matemáticos.
El análisis operativo subraya la necesidad de plantear los problemas de una manera sistemática..
El fundador de esta visión, Milton Friedman, desempeñó un papel destacado en las discusiones metodológicas del período de posguerra. Uno de sus argumentos iniciales, conocido como Instrumentalismo, postula que el objetivo principal de la teoría es la predicción.[]
El corolario de esto es que “el realismo” de los argumentos no es un criterio relevante para escoger entre teorías alternativas. El objetivo del monetarismo es generar predicciones de la renta nominal a partir de datos de la oferta monetaria. Al combinar esta teoría con la teoría de la producción neoclásica Friedman produjo una teoría de precios, es decir, de la inflación.
Por tanto, la idea básica de la economía monetarista consiste en analizar en conjunto la demanda total de dinero y la oferta monetaria. Las autoridades económicas tienen capacidad y poder para fijar la oferta de dinero nominal (sin tener en cuenta los efectos en los precios) ya que controlan la cantidad que se imprime o acuña, así como la creación de dinero bancario, pero la gente toma decisiones sobre la cantidad de efectivo real que desea obtener.
Veamos cómo se produce entonces el ajuste entre oferta y demanda. Si, por ejemplo, se crea demasiado dinero la gente intentará eliminar el exceso comprando bienes o activos (ya sean reales o financieros).
La teoría de Friedman indica la dirección en la que la corriente principal en economía va a desarrollar un sistema macroeconómico completo, que debe basarse en los mismos axiomas que la teoría macroeconómica, marcando así el inicio de la disolución de los límites entre macroeconomía y microeconomía.
Desde el principio existió una línea de oposición a Keynes que cuestionó, desde diversos ángulos y con intensidad creciente, la validez de la interpretación keynesiana sobre el funcionamiento económico y su corolario: la eficacia (y la necesidad) de una política económica orientada al mantenimiento de niveles de empleo aceptables y con capacidad para evitar las fluctuaciones violentas de la actividad económica.
Para los monetaristas, oponerse al planteamiento keynesiano era un dictado de su presupuesto ideológico básico: el liberalismo, que no concibe la intervención estatal más que para garantizar la seguridad interna y externa del Estado, administrar justicia y realizar algunas obras públicas de infraestructura económica esenciales para el desenvolvimiento de la economía. En consecuencia, el mayor peso de la crítica al keynesianismo se enfocó a negar la validez del concepto de no-neutralidad de la política de administración de la demanda.
escuela marxista
Marx representa un hito fundamental en la historia del pensamiento económico, Muchos académicos hacen una distinción entre la economía marxista y el marxismo, manifestando que hay una separación intelectual clara entre los principios económicos expuestos por Marx y su apoyo al socialismo revolucionario y la revolución del proletariado.
escuela de liberalismo económico